Pues sí, pues sí. Abrimos en agosto como ya hicimos el año pasado. Así que eso no puede ser otra cosa que la experiencia gustó, y mucho. Y por ello, el post de hoy, va dedicado a todos aquellos que también dedicáis este mes a reorganizaros.
Y es que hace tiempo que agosto, ha dejado de ser el típico mes de cierre. Un mes en el que todo el mundo daba por hecho que se paraba, y se echaba la persiana al negocio hasta septiembre. Hoy día todos preguntamos a los demás, porque escalonamos mucho más nuestros períodos estivales: julio, septiembre… incluso parte de junio, se han convertido también en otras épocas para poder coger nuestros días libres.
Y bueno, os preguntaréis qué es lo que vamos a poner hoy, que parece que no tiene nada que ver con nuestros posts convencionales. Pues la idea es daros unas cuantas sugerencias de qué podéis hacer en este mes que estáis abiertos, sin duda con mucha menos presión por parte de vuestros clientes, porque muchos estarán de vacaciones. Así que allá vamos.
Haz balance
Llevamos ya siete meses del año. Si al principio de año fuiste ordenado, seguro que tenías un plan escrito, o al menos en mente. Es decir, tenías una meta que te habías marcado para este año. Siempre recomendamos que los períodos vacacionales, sean también de reflexión. Semana Santa, vacaciones de verano… son grandes momentos para que, aunque sea durante una hora o dos, nos paremos y midamos lo que hemos hecho hasta ahora. Es una buena manera de ver qué tal lo estamos haciendo. Y sobre todo, es mejor manera todavía de ver si nos hemos desviado.
Analiza: ¿por qué?
Esta es la parte más importante. Una vez hayamos hecho el balance y nos haya salido tanto bien como mal, hay que analizar los resultados. Es más que necesario, porque además de esa forma podemos saber qué cosas estamos haciendo bien o mal. Y se hace de una forma muy simple, haciéndote esta pregunta:
¿POR QUÉ?
Y de esta forma desgranaremos la razón principal. No es algo que hayamos inventado nosotros. Es algo que se hace habitualmente, de hecho tiene hasta su propio nombre. Se denomina la metodología de los 5 porqués. Y consiste en ir desengranando el problema hasta llegar a lo puntos básicos. Y se dice de los 5 porqués, porque consiste en hacer la pregunta hasta un máximo de 5 veces para llegar a la base del problema. Muchas veces en dos o tres «por qué» habremos llegado ya a la solución. Pero otras veces necesitaremos los 5.
Por ejemplo, imaginemos que hacemos balance y vemos que hemos vendido menos. Pues en este segundo punto necesitaríamos analizar esta bajada de ventas:
Primer por qué: ¿Por qué he vendido menos este producto?
Respuesta: porque a los clientes habituales ya no les gusta. Compran el resto de cosas pero esto no.
Segundo por qué: ¿Por qué ya no les gusta?
Respuesta: han decidido comprar otro más barato en la tienda de enfrente.
Tercer por qué: ¿Por qué es más barato el de la tienda de enfrente?
Respuesta: porque realmente no tiene todas las características que tiene el que vendo yo. No es tan bueno.
Cuarto por qué: ¿Por qué no vendemos nosotros uno parecido?
Respuesta: porque realmente el cliente va a necesitar todas esas características que tiene el que yo tengo, solamente que él no lo sabe.
Quinto por qué: ¿Por qué no lo sabe?
Respuesta: porque hasta ahora lo vendíamos y no necesitábamos explicarlo, y es por ello que la gente no conoce todas sus características.
En este caso por ejemplo, vemos que necesitaríamos realizar una tarea de información a nuestros clientes habituales, para que sepan lo que realmente hace ese producto que hemos dejado de vender y que creemos que es el que realmente necesitamos en la tienda.
Lo que queremos decir con este ejemplo, es que cojas todo aquello que veas tras el balance que no funciona, y lo desgranes con esta sencilla técnica hasta dar en cada paso con la raíz del problema y así poder ponerle solución.
Planifica
Y ya que sabes que es aquello que no funciona: ¡¡ARRÉGLALO!! Todavía estás a tiempo de poder hacerlo. Estamos a mitad de año. Y para ello, lo de siempre: plan de acción. Recuerda desgranar de nuevo cada tarea en pequeñas acciones. Marca cada acción, (recuerda que la acción es un verbo: comprar, limpiar, reparar, etc), y pon un responsable y una fecha. Y poco a poco ve tachando tu lista según las vayas haciendo.
Puede parecer una tontería, o pensar que si es simplemente para mí, porque yo soy autónomo y trabajo para mí, ¿para qué lo voy a hacer? Pues para marcarte ese plan de acción del que siempre hablamos. Y porque si te marcas algo más allá de agosto, en cuanto venga septiembre, no nos engañemos, el trabajo manda y vas a dejarlo a medias, ya verás…
Lleva tu plan a la acción
Es importante que todas las semanas revises esas cosas que vayas a hacer y cumplas. Y si no puedes por causa mayor, modifiques ese plan que tienes.
Recuerda que este mes es estupendo para hacer cosas internas para tu negocio. Así que, además de todo aquello que acabamos de contar, recuerda añadir al plan todas esas tareas que quizás no tengan un impacto directo en la facturación de tu negocio, pero que suman. Nos referimos a todo el interior y exterior del local, orden y limpieza, etc. Al final cada detalle cuenta, y cuanto más tardemos en solucionar todas esas cosas, más se nos acumularán.
Y para terminar recuerda que nosotros también estaremos en agosto. Así que si necesitas cualquier ayuda para tu negocio, desde el punto de vista del marketing, publicidad, diseño web y redes sociales… aquí nos tienes, al pie del cañón. Que mientras nos llames, estaremos aprovechando para hacer todo esto que te hemos contado. Siempre hay que empezar por uno mismo. 😉
Y para todos aquellos que os vayáis: ¡¡FELICES VACACIONES!!
Un mes excelente para organizarse. Muy buenos consejos 😉